Un INE caduco


Decía el finado Carlos Hank González: «Político pobre, pobre político» y tristemente decía una verdad que no debería de ser, pero la realidad le dió la razón, y de hecho, él gozó de ese adagio, y hasta hoy sus hijos siguen siendo multimillonarios.

Lorenzo Córdoba, el presidente del INE, es un claro ejemplo de la frase de Hank González, y es que Córdoba no sólo es un funcionario, es un político con un sesgo totalmente a la ultra-derecha conservadora, clasista, elitista y discriminadora, que se desenvuelve como un sibarita, en un país donde el crecimiento del PIB es de apenas un 1% y la fortuna de un puñado de 16 familias se multiplicó por cinco.

¿Entonces a quién representa Lorenzo Córdoba?
¿Ya se les olvidó el «si no mames cabrón, si no mames, cabrón, si no mames… Haciendo referencia a un líder indígena, y burlándose de él por su forma de expresarse? Así se expresa el árbitro electoral, quien cuenta con 262 asesores, y el que menos percibe salario es de 100 mil pesos mensuales.

El que se dice «catedrático» que opera una vieja, obsoleta, lujosa, y carísima maquinaria electoral hecha por políticos con el perfil de Hank González, alega que no le alcanza. El voto más caro del mundo es el de México; tan solo, comparado con el de EEUU, cuesta más del doble.

Pero precisamente esa caterva de políticos son los que destruyeron las instituciones, que se convirtieron en feudos, en millonarios negocios que simulaban operar en beneficio de la sociedad mexicana.

En su desesperado alegato los consejeros del INE, alardean que fueron ellos y su multimillonario instituto, los que garantizaron el triunfo electoral del 2018 que llevó a López Obrador a la presidencia. Y no, están equivocados, fue una aplastante mayoría que no les dió margen de ningún fraude.

Para resumir, y para que entiendan las mentes futboleras: ¿Usted cree que podría ser imparcial un árbitro que se burla de los miembros de un equipo mientras los otros le aplauden?

El INE no está a la altura de la transformación.

El INE, caducó.

#ElTamiz